Para ser un buen asesor inmobiliario, no solo te tiene que definir la más larga de las experiencias, sino también la dedicación, el esfuerzo y el trabajo en equipo. Hoy, tenemos el placer de entrevistar a una de nuestras asesoras más prometedoras: Giselle.
Giselle ha demostrado un nivel de compromiso y constancia que la han llevado a ocupar el tercer lugar en nuestra Liga Trimestral de Asesores. ¡Vamos a conocerla!
¿Qué te motivó a ser asesora inmobiliaria y cómo ha evolucionado tu carrera desde entonces?
La verdad soy una persona tímida y me cuesta hablar de mí misma. Empecé en ÔKAM con mucha ilusión y algo de miedo porque mi perfil no es nada comercial, pero con el paso del tiempo descubrí que ¡no vendo nada! Al contario, la idea de ser asesor en esta empresa es diferente: estoy para ayudar a esas personas que quieren vender, comprar o alquilar, y en eso va mi enfoque de ser una persona servicial. Mi trabajo me da felicidad.
¿Cuáles han sido los mayores desafíos que has enfrentado y cómo los has superado?
Lo desconocido siempre da miedo, para mí este trabajo es un desafío constante. Vengo de trabajar toda mi vida en relación de dependencia, y ser tu propio jefe asusta. “Confía en el proceso” me dijo mi mentor y acá estoy más entusiasmada que nunca.
¿Qué ventajas tiene para ti ser asesora inmobiliaria en ÔKAM?
Solo las personas que trabajan o conocen ÔKAM saben que esta no es una inmobiliaria cualquiera. El equipo, la profesionalidad, la calidad humana y el servicio es nuestro fuerte y yo formo parte de este equipo.
Me dan la confianza y el respaldo que necesito para hacer mi trabajo a la perfección.
¿Cuál ha sido la mejor experiencia que has vivido dentro de la empresa y qué destacarías de ella?
Las reuniones que tenemos los lunes, las píldoras formativas, las consultorías quincenales hacen que no dude en ninguna gestión o encargo que pueda tener. Siempre tengo a mi lado profesional que llevan muchos años más que yo en el sector y encontrar gente que comparta sus conocimientos es brutal.
Además, ver la felicidad en la cara de las personas que confían en mí es un premio, y el compromiso que tengo con ellos se ve desde el primer minuto.
Para aquellos que no se decidan a ser un asesor ÔKAM, ¿qué les dirías para terminar de convencerles?
Vuelvo a decir lo que digo siempre, estar en ÔKAM es capacitación, transparencia y responsabilidad. Si tienes actitud, sabes escuchar y tienes ganas de progresar en la vida, este sitio es el indicado.